Colorear niño durmiendo, acostado. El ambiente es muy importante a la hora de acostar al niño. La habitación debe tener una temperatura adecuada (17-20ºC), respetando las normas de prevención de la muerte súbita. A partir de los 3-4 meses es conveniente que el niño duerma en su propia habitación, si es posible. De no serlo, es recomendable establecer mediante algún separador el espacio del niño en la habitación de los padres. La utilización de una ropa de dormir adecuada a la estación también ayudará al niño a conciliar el sueño. Un niño poco o demasiado arropado puede que tenga la necesidad de despertarse por no encontrarse cómodo, y seguramente se sentirá angustiado y irritado. Si existe la necesidad en el niño de dormir con un muñeco, una mantita, o simplemente con el chupete, hay que respetarla. Muchas veces el niño necesita de algo que le dé más seguridad. Y eso es lo que más necesitan los niños para tener una buena noche de sueño. Por otro lado, es necesario aclarar que c
El ambiente es muy importante a la hora de acostar al niño. La habitación debe tener una temperatura adecuada (17-20ºC), respetando las normas de prevención de la muerte súbita. A partir de los 3-4 meses es conveniente que el niño duerma en su propia habitación, si es posible. De no serlo, es recomendable establecer mediante algún separador el espacio del niño en la habitación de los padres. La utilización de una ropa de dormir adecuada a la estación también ayudará al niño a conciliar el sueño. Un niño poco o demasiado arropado puede que tenga la necesidad de despertarse por no encontrarse cómodo, y seguramente se sentirá angustiado y irritado. Si existe la necesidad en el niño de dormir con un muñeco, una mantita, o simplemente con el chupete, hay que respetarla. Muchas veces el niño necesita de algo que le dé más seguridad. Y eso es lo que más necesitan los niños para tener una buena noche de sueño.
Por otro lado, es necesario aclarar que cada niño es un mundo y que su comportamiento y sus hábitos serán orientados, de alguna manera, por su carácter. Serán los padres los que sabrán qué tipo de rutina y de costumbres adoptarán a la hora de ayudar al niño a que se duerma mejor, dependiendo de su forma de ser.
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